Cestos de trapillo
miércoles, 18 de mayo de 2016
Debo confesar que el trapillo no entraba ni en mi vocabulario ni en mis proyectos de ganchillo en mis inicios más iniciales.
Ni se me había ocurrido que esa madeja que había comprado en los chinos para hacer pruebas con las pomponeras (hacer pompones es un vicio que de vez en cuando aún me consiento, pero muy de vez en cuando jeje) me iba a servir tan bien.
Pero lo cierto es que esa hebra gorda va estupendamente para empezar a hacer cadenetas, a ver por dónde pasas la aguja y todo eso sin preocuparte de que se te enreda en los hilos o que no se ve, o mil cosas más que te suceden cuando empiezas.
Tampoco es que sea lo mejor del mundo, tiene sus inconvenientes, como que la postura de la mano que sujetas la aguja suele ser diferente (porque hay que hacer mucha más fuerza, así que a mi personalmente me va mejor agarrarla como si me la quisieran robar que esa forma elegante como cuando haces cualquier otra cosa. Y sí, sea como sea la forma de coger la aguja, seguro que es de lo más elegante, faltaría más) y por eso mismo es mucho más cansado.
Pero bueno, para hacer un cesto sencillo no hace falta mucha concentración ni muchos conocimientos. Como método anti estrés funciona perfectamente, es de las cosas más útiles y prácticas que suelo hacer (mi madre estaría orgullosa) y siempre vienen bien. Además suelen ser detalles perfectos para regalar, seguro que le encuentran utilidad en un plis plas.
De hecho todo el mundo se apunta enseguida al "¿Es para mi?"
Como el de la foto de arriba, que me lo hice para mi, pero se lo agenció mi madre y mi hermana ya dejó caer que le gustaba mucho...
Una pena, pero esos colores los acabé con este cesto cuadrado de arriba.
Lo dicho, todo un vicio... redondos, cuadrados, hay hasta en forma de estrella. De momento soy bastante conservadora, pero los hay muy bonitos, los hay elegantes y los hay divertidos, enormes y pequeños. Poco a poco seguro que voy haciendo más.
Porque a mi me sirven también cuando un patrón se me resiste.
Creo que ya he comentado una galleta que se me resistió un día, una mezcla entre un patrón complicado para mi nivel y un ovillo especialmente traicionero (ahora lo tengo domado, pero en su día me hizo sudar) y tras hacer y deshacer un millón de veces, al final lo aparqué, hice un cesto en media hora y me fui a dormir con la sensación estupenda de haber hecho algo y no quedarme con mis "esto es una mierda, que no valgo para hacerlo, que se me da fatal, nunca aprenderé... (y un largo etc)" que me dejó la dichosa galletita.
A ver si me animo y el próximo día pongo algún patrón de cestos de trapillo, con esos seguro que me atrevo jejeje